Con esta definición podemos
aclarar que se trata de un desnivel de la edad cronológica (en años) y la edad
psíquica, o sea, que la edad adulta que tiene la persona, no equilibra con la
edad adulta que tiene la persona, no equilibra con la edad afectiva y emocional
de ella, de tal manera, que sus deberes y responsabilidades resultan superiores
a su madurez emocional, y por tanto, la persona entra en conflicto y rebusque
de los motivos de sus fracasos; los cuales, no atribuye a fallas de su
personalidad, sino a circunstancias del medio ambiente.
En cuanto se refiere a las
personas adultas, se dice que una persona es inmadura, cuando su actuación es
desacertada con relación a lo normal, tal como la persona que comete un grave error
al hacer un negocio; y cuando fracasa lo atribuye a la mala suerte, negándose a
reconocer que fue un error lo que condujo su negocio al fracaso. Hay muchos
individuos que fracasan en el matrimonio por que no supieron llevarlo, o porque
desde un principio se equivocaron en la elección; no obstante, lo atribuyen a
su mala suerte o culpan el ciento por ciento a la otra persona. Estos son casos
muy típicos de las conductas inmaduras.
Una de las más típicas
características de la persona inmadura, es su tremenda dificultad e incapacidad
para reconocer sus propios errores, y la gran felicidad con que se engaña a sí
misma y encuentra con quien disculparse; como lo veremos más adelante con los
“mecanismos de defensa”. La otra es la tremenda falta de lógica, respecto a los
acontecimientos de la vida y del medio en que vive; lo cual le conduce a vivir
en una eterna lucha con las demás personas, con su medio ambiente, con su
trabajo, su estudio y consigo mismo; es decir carece de flexibilidad y
facilidad de adaptación, porque su conducta carece de un desarrollo cabal y
normal.
RECUERDA
"Si
cambias tu forma de pensar podrás cambiar tu calidad de vida"
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